Sin Nadal ni Federer, sin techo y con lluvias: el año más complejo de Roland Garros

El segundo Grand Slam del año acumula múltiples problemas, mientras las intensas lluvias alnmentan la polémica por la falta de canchas con techo retráctil

Roland Garros

Roland Garros, segundo Grand Slam del año, se ha visto mermado por la lluvia y grandes ausencias. Crédito: EFE

Guy Forget fue elegido en febrero pasado como nuevo director general de Roland Garros. Reconocido ex jugador en los años 90 y ex capitán de Copa Davis de Francia, ahora, desde otra función, posiblemente nunca imaginó que iba a tener que lidiar con tantos problemas en su primer abierto francés con papel dirigencial. Tres días antes del torneo salió a anunciar la baja de Roger Federer, acaso el jugador más carismático para el público francés; el viernes pasado acompañó la salida por lesión de Rafael Nadal, nueve veces campeón aquí. Ayer, la (mala) noticia fue que Roland Garros debió cancelar una jornada completa por lluvias después de 16 años. Muchas complicaciones para un torneo que, además, este año ha incrementado al extremo sus medidas de seguridad, luego de los atentados terroristas que sufrió Paris en noviembre del año pasado.

A las 13.45 locales, cuando todavía quedaban casi ocho horas de luz natural, se anunció por los altavoces la cancelación definitiva de la jornada. Tres horas después, Forget compareció ante la prensa: “Quiero expresarles mi frustración. Nos vimos obligados a mandar temprano a los jugadores a sus hoteles. Y sobre todo están los espectadores, hemos visto miles de personas esperando con niños bajo los paraguas. Todo el mundo sueña con este torneo y vienen de todas partes del mundo. A todos hay que reembolsarles los tickets, pero ese dinero no es un problema, sino que queremos dar una buena imagen de nuestro deporte, y cosas como estas no son una buena señal. La modernización del estadio es una necesidad”.

Dentro de una era en la que cada vez más espectáculos deportivos buscan ponerse a cubierto de los problemas climáticos, no es un tema menor la falta de un techo al menos en el Philipp Chatrier, el court central. El Abierto de Australia tiene tres canchas con techos corredizos (el Rod Laver Arena, el Hisense y el Margaret Court); Wimbledon hace varios años que techó su court central y hará lo mismo con la Cancha 1, y el US Open inaugurará este año su cobertizo desplegable en el Arthur Ashe. Así, Roland Garros quedará como el único Grand Slam sin un escenario cubierto. Y lo malo es que la solución demorará por lo menos cuatro años: el horizonte, ahora, es 2020.

“El mundo se mueve rápido. Tuvimos la idea de techar el estadio hace 15 años y seguimos hablando de eso, las cosas toman más tiempo en Francia por razones burocráticas. Pero hay que decir basta. Alguien tiene que tomar decisiones en el más alto nivel, y no sólo decir ‘apoyamos el proyecto de expansión’. Debemos tener todo listo para 2020 y espero que nadie nos detenga. Quizá, si los Juegos Olímpicos de 2024 se realizan en París, el proceso se haga más rápido”, agregó Forget, en una crítica hacia políticos y también hacia las entidades ecologistas que frenaron las obras en la cancha nueva –Le Court des Serres, para unos 5000 espectadores-, un escenario al que se debería acceder a través de pasaje por las Serres d’Auteuil, un invernadero creado en 1897 y considerado monumento natural. “Detrás de esto está el presidente (François) Hollande, el alcalde de París, pero no es el único que toma decisiones”, agregó Forget. Esas obras están paradas hasta septiembre, cuando se anuncie un fallo judicial.

En cuanto a la cobertura del Chatrier, la situación no es nada sencilla. “Para colocar un techo, tenemos que romper un montón de cosas antes. Como ese techo pesa mucho, es necesario cambiar la estructura del estadio, y eso es algo que demora más de un año, como sucedió en Wimbledon. Y si bien va a tener la misma capacidad, el estadio será mucho más grande. Por eso es la última pieza del rompecabezas. Hemos destinado más de 350 millones de euros a la modernización del Chatrier y queremos hacer las cosas bien”, declaró Forget.

Las malas nuevas no terminan ahí: las lluvias acompañarán a Roland Garros durante días. “Soy optimista, los jugadores están acostumbrados a lidiar con esto. Es cierto que los otros Grand Slams tienen un techo, pero la mayoría de los ATP sobre polvo se juegan al aire libre”, consideró Forget. La idea es que los jugadores tengan siempre un día de descanso, pero eso parece difícil con estas demoras; más problemático sería en el caso de los varones, con la chance de tener que jugar dos días seguidos al mejor de cinco sets. Y no descartó que, si el panorama no mejora, la final masculina pase al lunes próximo: “Es lo que pasó durante cuatro años en el US Open, ¿no? No somos el primer torneo golpeado por el clima”. Lo que Forget quizá no recordó fue que los jugadores se quejaron varias veces en el Abierto de EE.UU. por las lluvias y la falta de cubierta, hasta que comenzaron los trabajos para solucionar el tema. Aunque, claro, Nueva York tendrá tenis bajo techo antes que Roland Garros. Los jugadores todavía no alzaron la voz, pero Novak Djokovic, el N° 1, dejó clara su opinión después de ganar un partido a las 21.30, con el último hilo de luz natural en el Chatrier: “En un Grand Slam es necesario tener luz artificial, espero que contemos con esto pronto”.

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