Exprisioneros, activistas y estrellas de la televisión piden al Congreso reforma judicial

Activistas piden ayuda para que exprisioneros puedan rehacer sus vidas y no caer de nuevo en la delincuencia, mientras líderes del Senado anunciaron un acuerdo sobre la reforma de las sentencias mínimas obligatorias

Melissa Fitzgerald, actriz de la serie "The West Wing".

Melissa Fitzgerald, actriz de la serie "The West Wing". Crédito: Maria Peña/Impremedia

WASHINGTON.- El mexicoamericano Jason Hernández creció en un barrio pobre cerca de Dallas (Texas) y jamás se imaginó que recibiría cadena perpetua por un crimen no violento, o que  terminaría como los criminales que veía en televisión. Tras recuperar su libertad, Hernández, activistas y celebridades de Hollywood urgieron este jueves al Congreso que apruebe ya una reforma judicial.

Durante un foro organizado por una coalición de grupos cívicos, incluyendo la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), Hernández y el resto del grupo exigieron un freno a “la industria del encarcelamiento”,  momentos antes de que líderes demócratas y republicanos del Senado anunciaran un esperado acuerdo para reformar las sentencias para delincuentes no violentos.

Ese acuerdo bipartidista, pactado tras varios meses de negociaciones con los conservadores en respuesta al hacinamiento en las cárceles, reduce las sentencias obligatorias mínimas federales en ciertos casos de delitos de droga no violentos.

También deja en pie esas sentencias para los delitos graves que involucran actos de violencia.

La medida incluirá fondos para combatir a las pandillas criminales, y excluye a personas condenadas por delitos graves o infracciones de droga graves, incluyendo delitos a mano armada.

Aunque la nueva versión logró el apoyo de varios influyentes líderes republicanos, aún no tiene el respaldo del líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ni tiene fecha para un voto en el futuro cercano.

Durante un panel en un edificio del Senado, el actor McGorry instó a los legisladores a que aprueben pronto una “legislación significativa que ponga fin a la pesadilla conocida como encarcelamiento masivo”.

EEUU tiene apenas el cinco por ciento de la población mundial, pero tiene el 25% de su población carcelaria.

Según la organización “Cut50.org”, cerca de uno de cada 100 estadounidenses se encuentra tras las rejas, incluso por infracciones menores, a un costo de más de $80,000 millones al año.

“Una guerra contra las minorías”

El fenómeno afecta en particular a las minorías étnicas: los afroamericanos conforman el 13% de la población pero son el 37% de los presos en cárceles federales, y los hispanos son el 17% de la población, pero son el 33,8% en esas cárceles.

Hernández, de 39 años,  no tiene duda de que la llamada “guerra antidrogas” de la década de 1980 –que endureció las sentencias carcelarias incluso por delitos de droga no violentos-, en realidad fue “una guerra contra las minorías”.

Jason Hernández, nacido en McKinney (Texas) de padres mexicanos. Cayó en malas amistades y, en 1998, a los 21 años de edad, recibió una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad por un delito de drogas no violento.
Jason Hernández, nacido en McKinney (Texas) de padres mexicanos. Cayó en malas amistades y, en 1998, a los 21 años de edad, recibió una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad por un delito de drogas no violento.

“Yo le llamo una guerra contra las minorías, porque las estadísticas claramente lo confirman. Este problema afecta a las minorías de forma desproporcionada”, dijo Hernández.

El activista,  que ahora dirige una organización para concientizar al público sobre el tema, fue sentenciado a los 21 años de edad a cadena perpetua sin posibilidad de libertad bajo fianza, por conspiración para vender cocaína “crack” y por no cooperar con las autoridades federales en la investigación de otros implicados.

Según dijo a este diario, de joven fue un estudiante ejemplar pero creció en un barrio sin profesionales latinos a quienes imitar pero sí rodeado de pandillas criminales que, con promesas de dinero fácil, lo metieron al mundo de las drogas.

“En mi comunidad, la primera vez que estás frente a un juez o un abogado es cuando afrontas un juicio, y en la televisión todos los personajes de pandilleros o criminales eran latinos o afroamericanos. Claro, cada quien toma sus decisiones pero el ambiente también influye”, señaló.

Su momento de reflexión y cambio de vida ocurrió en la cárcel, tras el homicidio de su hermano en 2002, también en una prisión en Texas por vender cocaína.

Entre los panelistas estaban otros seis expresidiario que recibieron clemencia, incluyendo el afroamericano Alton Mills, cuya sentencia de cadena perpetua fue conmutada por el presidente Barack Obama en diciembre pasado, cuando éste ya había pasado 22 años en la cárcel por servir de “correo” de bajo nivel de narcotraficantes.

El foro, que en Twitter llevaba la etiqueta de “#JusticeReformNOW”,  también contó con la participación de actores como Hill Harper, Melissa FItzgerald, Terrence J y el periodista de CNN, Van Jones, quienes entregaron una petición a nombre de más de  un centenar de celebridades a favor de una reforma.

La petición está firmada por estrellas como Alicia Keys, Amy Schumer, Ed Norton, Russell Simons, y Sean “Diddy” Combs, además de otros 250,000 estadounidenses de a pie.

“Los congresistas tienen que apoyar medidas para ayudar a los latinos y los afroamericanos y mejorar nuestras comunidades, y espero que escuchen nuestro mensaje”, puntualizó Hernández.

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