El poder de las historias de los inmigrantes ante la Corte Suprema

Columna de opinión de Rocio Sáenz, vicepresidenta ejecutiva de SEIU

/Inmigrante Anabel Cuevas durante una conferencia frente al edificio Edward R. Roybal, donde líderes sindicales, inmigrantes y activistas pidieron a los jueces de la Corte Suprema desbloquear las acciones ejecutivas que prometen sacar parcialmente de las sombras a millones de indocumentados que han echado raíces en este país. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinion)

/Inmigrante Anabel Cuevas durante una conferencia frente al edificio Edward R. Roybal, donde líderes sindicales, inmigrantes y activistas pidieron a los jueces de la Corte Suprema desbloquear las acciones ejecutivas que prometen sacar parcialmente de las sombras a millones de indocumentados que han echado raíces en este país. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

El 18 de abril la Corte Suprema de los Estados Unidos escuchó los argumentos a favor y en contra de la implementación de las acciones ejecutivas migratorias, DAPA y DACA ampliado.

En el corazón de estos argumentos están las historias poderosas de los inmigrantes, historias de esperanza, de sacrificio, de sueños, y que son el rostro humano detrás de estos argumentos legales. Estas historias reflejan la identidad de nuestra nación y esperamos que hablen directamente a los jueces de la Corte.

Un fallo en contra de DAPA, no sólo afectaría a las familias inmigrantes, sino a todas las familias y enviará un mensaje de odio a los niños estadounidenses cuyos padres son vulnerables a la deportación.

Así como la historia de María, miembro del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU) de Texas.

María llegó a los Estados Unidos desde México hace 14 años en busca de un futuro mejor para su familia. Trabajó como conserje por más de 8 años y ahora es una madre a tiempo completo. Al igual que muchos hijos ciudadanos con padres elegibles para DAPA, la hija de María vive con el temor de ser separada de sus padres, de no tener la ternura que soló su mamá le puede dar, y de no poder cumplir con su sueño de ser una veterinaria sin el apoyo de sus padres.

María no puede darle la certeza que estará presente en la vida de su hija. Ella sabe que puede ser deportada en cualquier momento. Aún como muchos en esta situación, ella sigue adelante y sigue luchando.

Esta audiencia y la lucha para DAPA y DACA ampliado es personal no soló para María, sino para toda nuestra comunidad independientemente de nuestros estatus migratorio. Es personal para nuestra nación que fue fundada por familias de inmigrantes. Personal para las organizaciones y empresas que fortalecen a nuestro país. Personal para las millones de familias que han fortalecido el pasado y que fortalecen el presente y el futuro de nuestras comunidades.

No podemos traicionar los valores de compasión y de justicia en los que se basa nuestra nación.

El 18 de abril tenemos que alzar nuestra voz. Tenemos que llenar las redes sociales y las calles con nuestro apoyo para las iniciativas de inmigración. Nuestras voces, nuestras historias tienen el poder de cambiar nuestro futuro y el futuro de la política sobre la inmigración.

Sabemos que DAPA y DACA están del lado correcto de la justicia. No lo dudemos. Debemos tener fe y luchar hacia adelante hasta que estos programas sean desbloqueados y alcancemos a nuestra estrella norte, la reforma migratoria.

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